miércoles, 24 de abril de 2013

Ceniza.

Hay días en los que deserías cerrar los ojos y despertarte en unos años, cuando todo ya haya pasado. Días en los que el fino techo que has conseguido construir entre tu cabeza y el caos que hay en tu vida se derrumba, y te aplasta.
Tus brazos ceden, no pueden seguir aguantando tanto peso. Simplemente se desploman, dejándote sin poder caminar si quiera. Por mucho que hayas intentado sujetarlo todo, te puede.
Aguantarás un tiempo, ¿cinco meses, un año, tres años? Quizás más, pero siempre acabará pudiendo contigo, consumiéndote lentamente, como si se tratara de un fuego consumiendo lenta y dolorosamente un trozo de madera. En algún momento tendrás ocasión de apagar el fuego, pero habrá una parte de ti que se habrá reducido a cenizas. Nunca serás quien fuiste antes de todo esto, y lo peor es que eso tampoco te importa demasiado.

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