lunes, 25 de marzo de 2013

Oda a la Regla

¡Oh, maldita menstruación!
Roja como el fuego,
me robas mis momentos de pasión.

Aunque me libres unos días de la depilación, 
te odiaré toda mi vida, y con razón.
 Por tu culpa me desangro,
hasta manchar el camisón.
Espero que te atragantes con un tropezón
 y un pezón.
¡Oh, maldita menstruación!

Miedo.

¿Conoces ese miedo a que un nuevo capítulo puede empezar a ser escrito?
Ver cómo se preparan los materiales, cómo se abren las páginas en blanco y empiezan a trazarse las primeras líneas que empiezan a formar palabras, y frases de algo que quizás no esperabas.
Ese miedo a volver a tener alguien que pueda destruirte desde dentro, que pueda romperte después de todo el esfuerzo y el tiempo que te costó volver a sentirte bien. Pero eso no es todo. Recuerda cómo estabas antes, cómo te importaba ella antes que nadie, incluso antes que tú misma. Te sientes débil, y esperas que se te pase, intentas cerrar el libro para impedir que la tinta siga haciendo raíz en esas blancas páginas a punto de llevar una nueva historia cuyo desenlace desconoces. Pero no puedes. En el fondo deseas que esa sensación de éxtasis que es el amor vuelva a ti, y recuperes esa felicidad que considerabas perdida. En el fondo quieres dejarte querer hasta llorar de felicidad, pero estás demasiado asustada a volver a pasar por lo mismo. Cierra los ojos. Déjate llevar. Un nuevo capítulo va a comenzar.

viernes, 1 de marzo de 2013

Nostalgia

Esos días. Sí, esos días en los que no sabes qué hacer, o qué decir. Ni si quiera tienes del todo claro cómo te sientes, sólo sientes que se escapan los segundos, cómo se escapa tu vida de entre tus inseguros dedos con cada respiración, con cada latido. Sabes que el tiempo no se detiene aunque tú lo hayas hecho, ni aunque no tengas ni idea de cómo seguir adelante, qué camino tomar ahora. Cada minuto que pasa, cada segundo, es un segundo que ha pasado, y ya nunca podrás recuperar. Todos los momentos y estados son efímeros, como la belleza, muchos dirán. ¿O será al contrario, y todo es eterno? Todos los momentos que has vivido, son tuyos, y aunque se acaben, siempre los repites una y otra vez en tu mente, como si se tratase de tu película favorita. Vuelves a sentir las miradas, las sonrisas, los abrazos, los besos... el viento en la cara y el deseo que eso no acabe nunca. Pero acaba. Y eso es lo triste, el sentimiento de no sentir nada. Felicidad y tristeza a la vez, que se anulan. La nostalgia.