viernes, 13 de septiembre de 2013

-

Cada día me levanto. Cada día me miro al espejo, y veo a alguien diferente. Hay días conozco a ese reflejo que me mira con ojos vacíos, otros, no sé quién me observa.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Frío

Hace frío. Cada día desde que no estás el frío me consume. Nada. No tengo tu cuerpo para rodearme. El frío es tan intenso que hasta el tiempo se congela. Lo peor es que nunca has estado, y la verdad es que tampoco sé dónde estás. Tampoco sé quién eres. Muchas veces he pensado que te había encontrado, pero no era más que una falsa alarma. A veces me da por pensar que no existes realmente y otras me pregunto si estarás desayunando al mismo tiempo que yo. Me pregunto si te miras al espejo por las mañanas y piensas en mi, aunque aún no me conozcas, o piensas en quién crees que soy, pero en realidad es sólo otra persona que en algún momento te llevará a mi. Quizás ya te conozca, eso espero. Quizás seas quien creo que eres ahora mismo. Ojalá. Pero si no lo eres, ¿dónde te escondes?

Protégeme

¿Y qué hago si me enamoro? Desde hace un tiempo que esa palabra es tabú, algo que se ha de evitar a toda costa, algo que no pasa a sin largas tardes adornadas de palabras, miradas y caricias, si no es mutuo, pero, ¿y si pasa? ¿y si no tengo tanto control de mi misma como pensaba?
Pensaba que si me encerraba en mi misma podría evitarlo, pero cometí un error; te dejé entrar, o me dejé llevar, ahora ya no importa. Sólo sé lo que siento cuando estás cerca, y cuando estás lejos. Sólo sé cómo te echo de menos, y cómo quiero que me quieras y te dejes querer cada momento, que me dejes explorar tu mundo como nadie lo ha hecho antes y pienses que no sería lo mismo sin mi presencia. Quiero que me desees y me pienses cada momento inevitablemente, que incluso cuando intentes concentrarte veas mi cara y escuches mi voz.
Es probable que eso nunca pase y se quede en mis fantasías y mis cartas sin nombre ni destino pero por un momento me gustaría pensar que quieres que te bese en un momento inesperado tanto como yo. Si fuese valiente ya lo habría hecho, pero tengo miedo, mucho miedo. Enséñame a ser libre. Protégeme de mis demonios. Te necesito en mi vida. No te prometo infinitos, sólo un instante intenso, pues los para siempres son aburridos y la vida al final no es más que un momento entre un llanto y un silencio.