martes, 5 de noviembre de 2013

El eterno actor secundario

Cada día. Cada día cuando me despierto intento encontrar las fuerzas necesarias para decirme a mi misma "Hoy será un buen día." igual que cada día, pero nunca lo es. ¿Qué pasa cuando sientes que cada persona que te mira ni siquiera sabe realmente quién eres? Como si fuera el personaje que aparece detrás, en una esquina, que no tiene ni diálogo ni importancia en la historia, cuya voz sólo se escucha cuando se escuchan las de todos, y ni siquiera entonces se entiende realmente lo que dice, y a nadie le parece relevante.
Intento ser una más, pero no puedo. Sé que no soy como todos, aunque no acabo de descubrir qué es lo que me hace tan diferente, tan inusual para la mayoría. Ni siquiera entiendo por qué tengo tanto miedo, pero la mano invisible que ejerce presión en mi cuello sigue ahogándome cuando otros ríen a mi lado. Quizás ni me hayan visto, no lo descarto con lo invisible que soy para todos, pero parte de mi está aterrorizada por seguir siendo esa chica que no le importa a nadie y de la que todos tienen derecho a burlarse. Con los años, a mi ha dejado de importarme todo, pero, no consigo vivir aislada. Odio estar sola, pero no tengo una salida. No tengo un sitio donde estar, ni que sea mío.
Muchos dicen estar solos cuando tienen tanta gente a su alrededor que es imposible no escuchar sus risas desde cualquier parte. Muchos dicen que no salen cuando tienen mil fotos borrachos en un parque. Pero no he visto a nadie encerrado cada día en su habitación, a solas consigo mismo, cada instante, en el interior de un gran desconocido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario